por ARBA Madrid
Es sabido que para que el vivero de la asociación se mantenga y las plantas que reproducimos no mueran, es necesario prestarles nuestra atención y mantenimiento, labor que de forma habitual venimos desarrollando en nuestro tiempo libre y según vamos pudiendo.
Normalmente trabajamos en el vivero los miércoles, ya que es el día en que nos reunimos. Pero esta dedicación a ratos y según podemos no es suficiente para mantenerlo, por lo que hace ya años en ARBA Madrid instauramos un día de trabajo al mes, denominado Día de vivero.
Éste día, que suele ser un sábado o domingo, es un día de trabajo colectivo, en el que puede participar todo aquel que lo desee, sea o no socio de ARBA, pues nosotros no hacemos distinción, un día de trabajo para poder reproducir plantas, que luego en la época de reposo vegetativo (otoño – invierno) irán destinadas a restaurar nuestros montes y campos.
Las plantas que se producen no sólo son utilizadas por la asociación, sino que también son donadas a otras asociaciones y colectivos que sin ánimo de lucro quieran hacer restauraciones.
Previo a la convocatoria de cada día de vivero nos planteamos el trabajo a realizar, y las necesidades que en esos momento son prioritarias, dejando que cada participante opte por aquellas que más le interesen o gusten, puesto que las tareas generalmente suelen ser variadas. Hay tareas sencillas (aunque también hay que aprenderlas) como quitar malas hierbas o regar, y más complicadas como preparar semilleros, trasplantar, tratar semillas y sembrar.
Además de realizar un trabajo que a la larga beneficia a toda la sociedad, los participantes aprenden métodos de reproducción de especies vegetales, mantenimiento y cuidados de un vivero, y todos aquellos conocimientos que aportamos unos y otros.
Como no todo es trabajo, el día de vivero también nos sirve para conocernos y establecer lazos de compañerismo y amistad. La jornada de trabajo termina en ocasiones con una comida colectiva
Por tanto, y concluyendo, es una jornada de trabajo colectivo, de conocimiento y compañerismo, y sobre todo de aportar algo de nosotros a la sociedad, sin pedir nada a cambio pero recibiendo muchísimo.