ARBA hace ya tiempo que tiene una máxima: “Un arbero un ARBA. Un ARBA un bosque”. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente que cualquier arbero/a puede representarnos, actuar y tomar decisiones en su nombre. Además, ARBA abre las puertas a cualquier persona que lo desee para crear un grupo con sus siglas, teniendo en cuenta la filosofía de la asociación, con el objetivo de trabajar y luchar por la defensa del medio natural.
Esta idea surgió ante la necesidad de implicar a todas aquellas personas que se consideran arberas, y animarlas a que ellas tomaran la iniciativa, puesto que nosotros somos incapaces de llegar a todas partes y de coger en nuestras manos todas las denuncias que nos hacéis llegar referentes a atentados contra nuestro medio natural, y más en concreto contra nuestros bosques y ecosistemas asociados. Pretendíamos, y aún pretendemos, animar a socios y simpatizantes a que toméis en vuestras manos todas aquellas tareas que a nosotros se nos escapan.
Somos conscientes de nuestra debilidad organizativa, que no dista mucho de la debilidad del resto de organizaciones ecologista o de otra índole. Este problema organizativo nos resta fuerza y posibilidad de actuar contra las agresiones que desde distintos ámbitos se cometen contra la naturaleza, así como el poder desarrollar el trabajo de dar a conocer, explicar y concienciar a una parte importante de la población.
Comprendemos que en estos tiempos es difícil adquirir compromisos, no sólo por la falta de tiempo que nos empeñamos en tener, sino porque para emprender una tarea así es necesario estar ilusionado, convencido y creer que somos capaces de modificar el estado de las cosas que nos rodean. Nosotros sí pensamos que con tesón y lucha conseguiremos dejar un medio ambiente mejor que en el que vivimos actualmente.
Creemos que esta consigna está encontrando respuesta en la población, ya que nos llegan preguntas de cómo montar arbas en distintos sitios. Algunas de ellas no llegan a prosperar y creemos que no es por falta de ganas, sino porque al ponerse manos a la obra y no ser secundado por un grupo más o menos numeroso, la gente se amilana. Otras, sin embargo, han prosperado, han encontrados tareas, vías de difusión y soluciones nuevas con las que no contábamos e incluso se han extendido.
En realidad, montar una organización no es nada difícil y menos cuando a ésta no se le dota de ninguna estructura legal en un principio, con dos o tres personas es más que suficiente. Tampoco hay que comenzar asumiendo grandes tareas. Con hacer pequeñas cosas y darse a conocer ya se tiene un terreno más que abonado y más si hablamos de una localidad pequeña, donde esas pocas personas moviéndose un poco serían toda una fuerza.
Imaginémonos ese núcleo pero en cuarenta, cincuenta, cien lugares distintos…eso es una fuerza muy considerable que, sumando todos los actos realizados, da un buen movimiento.
Si os planteáis crear algo, no lo dudéis, es tan sólo ponerse a andar, es ese primer paso el que cuesta, luego las cosas vienen rodadas y personas que os apoyen y animen no faltarán, y más teniendo en cuenta que actualmente existe en la sociedad cierta sensibilidad por el medio ambiente. Tampoco faltarán las que os quieran demonizar, pero eso no es malo del todo, hasta cierto punto bueno, pues quiere decir que a alguien se le está estropeando sus planes de hacer y deshacer a su antojo.
Por nuestra parte os ayudaríamos en todo lo posible, no sólo estableciendo lazos de colaboración y apoyo, sino con los temas de constitución del grupo y burocracia.
Si tienes interés en crear un ARBA, escribe a arba@arba-s.org, donde te daremos toda la información necesaria.
“Un arbero un ARBA. Un ARBA un bosque”.