Nuestra principal actividad consiste en un trabajo práctico y activo con el objetivo de recuperar y restaurar los ecosistemas vegetales autóctonos dañados o degradados por la acción del hombre. Para ello, durante el periodo vegetativo de las plantas (otoño–invierno), organizamos campañas de restauraciones.
La primera restauración realizada por ARBA fue en Riaza, el mismo año de su creación, para recuperar un robledal que el año anterior se había quemado. Desde entonces, se han realizado múltiples recuperaciones, sin contar aquellas realizadas por otros grupos y colectivos a los cuales les hemos cedido las plantas.
Estas restauraciones pueden ser de varios tipos, dependiendo de las circunstancias de cada momento y del objetivo que busquemos con ellas.
Restauraciones educativas
Consisten en recuperar zonas degradadas con la máxima participación ciudadana.
Con estas acciones prácticas, pretendemos además que la población tome conciencia de la importancia de proteger y respetar la vegetación existente en cada lugar, así como mostrarles el camino a seguir. Demostramos que no es tan difícil realizar restauraciones, que si trabajamos todos podemos recuperar zonas degradadas, y contribuir con poco esfuerzo y coste a extender nuestros bosques y paisajes naturales.
Estas restauraciones están abiertas a toda participación, sin necesidad de ser un “experto” para ello.
Restauraciones científicas
Éstas son más específicas, en ellas restauramos pequeñas zonas con especies que tienen alguna figura de protección, para evitar su desaparición o que sus poblaciones decaigan.
También se realizan restauraciones experimentales, con el objeto de estudiar su evolución y desarrollo.
Restauraciones reivindicativas
Son actuaciones para reivindicar u oponernos a un atentado contra nuestro medio natural.
En ellas lo más importante no es que las plantas o semillas sembradas prosperen (la cantidad de semillas o plantas suele ser simbólica), ya que ese lugar será probablemente y a nuestro pesar arrasado o destruido, pero contribuyen a crear conciencia en la población de un hecho injusto.
ARBA lleva treinta años realizando estos tres tipos de actuaciones, en ellas han participado un gran número de personas, y calculamos que hemos puesto más de tres millones de semillas y hemos plantado algo más de doscientos cincuenta mil árboles de distintas especies autóctonas o del lugar.
Extender estas prácticas y hacerlas más participativas es uno de nuestros deseo, pues con ello se ve el grado de sensibilidad y educación de una población.